jueves, 20 de marzo de 2014

Puente y acueducto Romano en el barranco de Las Canales (Quicena)

“ (...) interesantísimo acueducto de corte antiguo (...) el despiece de su aparejo es sensiblemente diferente al de cualquier elemento de la Hoya; tal vez es romano”
Adolfo Castán

La Hoya de Huesca posee un patrimonio historico artístico envidiable, fruto de su tradición histórica, pero, además, alberga un conjunto de obras que constituyen un importante legado etnográfico.

A lo largo de la historia el ser humano ha creado multitud de obras e ingenios en torno al agua con el objetivo de mejorar el acceso a este elemento vital y aprovechar toda su energía.




La ruta del agua                      


Fuentes, pozos, lavaderos, azudes, molinos, acueductos,...

La ruta del agua propone un recorrido por las infraestructuras hidraulicas de la provincia de Huesca a través de sus elementos más significativos.




El agua y quicena,                      

                    una relación antigua y muy productiva



A finales del siglo XVIII, Pedro Blecua y Paúlo escribía que había en Quicena cinco molinos harineros, otro de aceitunas y un batán.
 
En aquella época, según este autor, el Flumen fertilizaba una buena vega y su terreno, “hermoseado con algunas viñas y olivos, muchos árboles de toda especie de frutas las más exquisitas, y otros que adornaban sus riberas”.





El barranco de los canales                      


Este desnivel geográfico recibe el nombre debido a que en dos puntos es atravesado por conducciones vinculadas a la acequia de la Ribera. 




Un acueducto romano a las puertas de Huesca                    


En el camino antiguo a Huesca, discurre el barranco de Las Canales, donde se conserva uno de los elementos más atractivos de esta localidad por su antigüedad y uno de los símbolos del pasado hispano-romano.

Se trata del único vestigio de estructura pontaria romana, que por ser único y tan antiguo obtiene la consideración de excepcional.




El puente -o Acueducto de Quicena- es una de las construcciones más antiguas del altoaragón y se localiza una vez pasado un pequeño barranco, a unos 50 metros de la pista entre Quicena y Huesca.

Se trata de un canal de conducción de agua datado del siglo II d.C., construido enteramente de sillares almohadillados.

Esta estructura pontaria, además de singular por su ascendencia lo es también por la singular solución con que está resuelta. 




El canal discurriría con caudales captados del Flumen, aguas abajo de la actual y reciente presa de Montearagón, y por la margen izquierda del río. 

La acequia existente forzosamente habría de seguir un trazado similar al que tendría el canal romano y dado que apunta hacia la ciudad de Huesca, bien podría haber servido para el abastecimiento urbano de Osca, en la que habría que buscar las termas inevitables en toda ciudad romana, razón por la cual es de suponer que abasteció a Huesca durante los primeros siglos de nuestra historia.

Tal vez estuvo en funcionamiento hasta que fue sustituido por el situado más arriba. 




En el puente se aprecian diferentes modificaciones así como la pérdida de algunas estructuras que condicionan su apariencia actual.




Los sillares de la fábrica están colocados a hueso1 y esta presenta una anchura de 2,20 metros. Todas las medidas son múltiplos del patrón medida romana que era el pie.
 
De los elementos principales conserva dos arcos de distintas dimensiones y entre ambos los restos de una pila de 4,20 metros de anchura construida a soga2.





El arco más pequeño mide 2,55 metros de luz, se construyó con sillares asentados con cantos rodados en hilados y tiene uno de sus lados cegados por sillares, siendo posiblemente sustitución de un arco de origen árabe en el cerramiento del fondo.




El otro es un arco ligeramente rebajado y de mayor anchura que el anterior, concretamente 3,65 metros de luz. Se sitúa sobre una estructura a modo de zampeado3




Ambos arcos se apoyan sobre un zampeado muy consistente y profundo, lo que hace sospechar que el agua de este barranco fue reutilizada para riego desviándola por un azud que, a su vez, era soporte de la estructura que sobre él se levantó, ofreciendo, por lo tanto, una originalísima solución muy funcional de acuerdo con la mentalidad práctica de los romanos. 

Puede ser que en algún momento se utilizara como soporte de uno de los brazales de la acequia de la Ribera certicando la antigüedad de los riegos en el entorno de la ciudad.

Hay autores que consideran a este puente como un acueducto, sobre todo por los restos de un speculum4 situado encima del arco mayor.





Es el caso de Antonio Naval, quién en su libro sobre las construcciones del Somontano (1996), reconoce que corresponde a un acueducto “la impresión que da a primera vista al parecer un speculum la estructura superior del arco de poniente, pero al ser obra montada a hueso y no haber indicios de ningún recubrimiento hay que deducir que era la estructura que encajaba los diferentes estratos que formaban la calzada”. Para este investigador sería un puente aunque también le da un posible origen romano.




Para otros autores carece de relación con el transporte de agua y se trataría de un puente romano construido para que la calzada superara el nivel del barranco.

A ello se añade la tradición entre los quicenenses de que por aquí pasaba la antigua acequia que se sustituyó por el acueducto del siglo XVIII situado aguas arriba.

Podemos pensar también, que tal vez los romanos construyeron un sistema hidraúlico para abastecer de agua a la ciudad regulando el caudal del barranco de los canales, ya que el arco rebajado que permite circular el agua fue de fábrica romana. Muy posiblemente modificaciones posteriores lo convirtieron también en un puente o lugar sobre el que cruzar mercancías de lado a lado del barranco.



 

El acueducto del barranco de las canales                


Mucha gente que pasea por el camino que llega a Quicena desde Huesca suele confundir esta construcción con el acueducto romano, sin embargo, nos encontramos ante una obra hidraúlica más moderna, concretamente del siglo XVIII.

Es el acueducto del barranco de las canales gracias al cual un ramal de la acequia de la Ribera salva el desnivel del barranco.

Este segundo acueducto consta de cuatro pilares que junto con los dos estribos conforman cinco vanos.

Los pilares tienen estructura irregular y en ellos destaca la presencia de una especie de espolones dirigidos a soportar las posibles avenidas.

Sobre los pilares se tienden losas de 75 centímetros de anchura y casi 1,5 metros de longitud que sirven de apoyo al canal de hormigón por el que discurre el agua.






Ocultos, casi siempre ocultos                     


Durante siglos estos restos permanecieron en el olvido, sin ser vistos

Hace veinte años, un afamado doctor oscense, José Cardús Llanas, los citó en un artículo tras tener noticia de los mismos a través de un vecino de Huesca. 

Sin embargo, el acueducto volv a quedar oculto. 

Además, la memoria colectiva se había olvidado de los restos. 

En el año 1999, el arqueólogo Javier Rey volvió a dar con el acueducto.

Como prueba de la falta de noticias sobre el mismo, se pensó en un principio que se trataba de un puente sobre un barranco. Nada de eso. Una prospección más detallada permitió averiguar que se trataba de un acueducto.

Curiosamente, el propio Cardús Llanas había advertido en su artículo (publicado en la revista “Turismo Altoaragonés”) que el acueducto volvería a perderse si no se tornaban las medidas adecuadas para su protección.


Lo que parecía un puente, es un acueducto                





Finalmente sí se tomaron las medidas que Cardús reclamaba.

Las obras de recuperación del acueducto romano del municipio de Quicena se iniciaron el año 1999 y concluyeron a principios del año 2000

Se realizaron unas excavaciones para terminar de descubrir los restos, posteriormente fue necesario encauzar el barranco que cruza el acueducto para evitar que las crecidas puedieran suponer un deterioro irreversible para el monumento y se procedió a labores de limpieza general.
Esta estructructura fue declarada bien de interés cultural. 

Finalmente, el pasado 30 de junio de 2006 finalizaron las obras de restauración y consolidación de los arcos del acueducto romano y la consolidación de su estructura o talud colindante para su protección.


GPS Huesca la magia



Estado actual                       


Un cartel señala el acueducto, cuando el paseante recorre el camino que lleva de Huesca saliendo del polígono hasta Quicena, y un cartel explica la información del acueducto romano, sin embargo existen algunos aspectos a mejorar en el propio lugar.



El visitante que hoy en día se acerque al acueducto romano tendrá que atravesar el barranco de las Canales, no confundiendo el acueducto del siglo XVIII con el Romano.




También es necesario sortear la abundante vegetación de limos que ha colonizado el lugar.

Para terminar, encontraremos muy poca difusión del sitio.

Quicena posee un importante patrimonio en el castillo de Montearagón y sus alrededores, y este acueducto ha tenido que lidiar con esa fama, y, ya se sabe, los focos se los lleva siempre el más grande mientras que al más pequeño...¡¡poquico!!

Un trozo de nuestra historia que se va quedando oculto por nuestra inacción.




Como llegar                                  

                                   desde Huesca

 
Si queremos acceder desde la ciudad, lo tendremos que hacer desde el inicio del PR-145 llamado "Saso de Montearagón" en dirección Quicena.




Buscamos el polígono Monzú y recorremos su calle principal, la ronda de la industria hasta que podamos girar en la calle Artes Gráficas, al final de esta avenida llegaremos a la calle Ganadería, entonces giramos a la derecha y muy poco más adelante a la izquierda, dónde divisaremos el inicio del recorrido.
 











 





                                   desde Quicena

 
Si queremos acceder desde el municipio, lo tendremos que hacer desde el inicio del PR-145 llamado "Saso de Montearagón" en dirección Huesca desde el cruce de caminos en la entrada del municipio conocido como "La Torreta".







Bibliografía                        


  • Obras hidraúlicas del altoaragón, DPH-Prames, Zaragoza, 2010




[Consulta: 25 de Enero de 2014]
  

Notas al pie


1 construcción en seco y sin argamasa, unos sillares junto a otros, sin nada más
 
2 construcción con disposición de los sillares en el horizontal por su lado más largo

3 firme de cadenas de madera y mampostería para edificar sobre territorios falsos

4 la solera o speculum, una abertura por la que discurría el agua